21 de noviembre de 2013

La Gran Placa de Colomers Parte II

                                                         Freedom-Desencadenado

Tan contundente fue la sensación escalando en solitario La Gran Placa de Colomers que no tuve mas alternativa que intentar atraparla de nuevo. La mejor roca de Colomers me había dejado probarla y me quede sediento de repetir de sus intensos placeres y emociones.
Txori habia prometido venir varios dias al refugio a finales de Septiembre, y a los dos nos entusiasmaba la idea de intentar juntos la Innominata.


Solo le falta el paraguas.

Salimos cargados con todos los friends pequeños que encontramos pues nos encaminamos a la via que afronta de manera más directa la pared más erosionada y plaquera de toda la zona y la reseña advierte que pueden ser necesarios clavos, que nosotros por cosas del modernismo no llevamos.
 Tras un ameno camino de algo menos de dos horas, divisamos la pared entre las nubes. Estás suben desde el valle y jugetean con la cima de nuestra montaña, envuelven la cresta del circo y tapan poco a poco hasta los más cercanos collados.
 Se levantan y vuelven a taparnos, una y otra vez hasta que finalmente, una vez situados en los pies de la gran piedra, deciden cubrirnos totalmente impidiendonos la visión más allá de unas pocas decenas de metros



La placa fisurada del ultimo L de Gota Malaia.

La espera es fria en temperatura pero calida en la compañia. Txori y yo aprovechamos para desayunar, charlar y ponernos al dia, contarnos todas las aventuras veraniegas y jugar un poco con Llesca. Al cabo de un rato, cuando casi estaba perdida la esperanza y el frio nos comenzaba a atrapar con mas fuerza, cuando ya comenzamos a pensar en un plan alternativo, las nubes se van levantando y la pared aparece de nuevo imponente y sombria ante nuestros ojos. ¿Qué, le damos?

Cuando por fin nos tocó el Sol. O nosotros a el. Alegria5estrellas.

Tras bordear el nevero y escalar a pelo el primer largo, nos encordamos saboreando cada paso. La roca es compacta, solida, impenetrable para nuestros cacharros, es simplemente perfecta, y cada paso sobre ella, el poder acariciarla con nuestras frias manos es todo un privilegio exclusivo para nosotros.
Asciendo despacio, riendome de ir arrastrando el camalot numero cuatro por un largo que resulta completamente improtegible con cualquier fisurero de los que llevamos. Tras chapar el segundo seguro fijo, la tirada de metros que me espera en delicada escalada pedrizera me obliga a concentrarme todo y más de lo que jamas quisiera, es como suele decirse, un sitio en el que no caerse. Metros y metros pasan y cuando por fin llego a la R nuestras mentes vibran de nuevo ante el descanso.

Txori con el GranTuc y las placas finales de Tempus.

Tan alucinante fue la escalada del segundo largo como la seguridad que Txori me brindaba en cada paso. Podía disfrutar de todo el movimiento que la roca me ofrecía gracias a la atenta mirada de mi compañero, que vigilante, controlaba todos mis pasos y todo lo que a mi se me escapaba. Sus manos velaban por mi y su cabeza temia en mi lugar los peligros que yo no contemplaba o que por alguna razón obviaba.
La sensacion de sentirse cuidado por un amigo desde el otro lado de la cuerda me otorgo la tranquilidad necesaria para superar la larguísima tirada, sintiendo al acabar que era una escalada extraordinaria y una de las motivaciones mas fascinantes para comenzar una ascensión.


Disfrutando del patio y de la ultima fisura.

Cuando, despues de atravesar grandes tramos de roca mojada, alcanzamos por fin una brizna de sol en la roca el ambiente emocionaba. El Gran Tuc se erigía  frente a nosotros como un gigante inmovil que silencioso nos contemplaba, grandes placas de granito por las que ascienden las valientes vias de Brugarolas nos rodeaban mientras nosotros ascendiamos rapido por grandes fisuras, y al fondo pedreras infinitas y lagos de azul cobalto nos recordaban lo abajo que todo habia comenzado.
Pasan rápido las buenas vias, y a veces hay que hacer memoria para sacar algo en claro, para revivir de nuevo lo sensacional de cada momento.


Saliendo de la jodida cara norte.

A pesar o gracias a la huemdad y el frio que pasamos, vivimos la ascensión a esta bella pared todo lo intensamente que supimos, disfrutando de la roca y del movimiento, la cordada y la cima. Está nos ofreció, ademas, un largo espectáculo de nubes sobrevolando el extenso repertorio de montañas que desde alli observamos. Desde los Basieros, hasta el Mariolo, pasando por los Encantats, el Peguera o el Subenuix, el extenso paisaje nos hipnotizo durante un buen rato que de estancia cimera disfrutamos.



Y asi me pareció la Gran Placa de Colomers, un lienzo apartado en el que dibujar y expresar, un lugar donde vivir y morir, una montaña que atrae la mirada de solo algunos locos afortunados de serlo y de poder apreciar la hermetica y misteriosa pared petrea que desde hace millones de inviernos es implacable y magicamente sepultada por inimaginables toneladas de nieve.


Punta Innominata 2801m, Colomers (Val d´Aran):  via Gota Malaia 290m MD Vº  en solitario.
                                                                              combinación Tempus-Custodia 250m V+ con Txori.


Espero que os guste. Salut colgaos!



13 de noviembre de 2013

La Gran Placa de Colomers. Parte I


La pared con más metros escalables de Colomers la llamamos Punta Innominata. La encontramos a la izquierda del Gran Tuc de Colomers, justo a la derecha del Portau de Colomers, una estrecha brecha en la cadena que forma el Circo de Colomers, que da paso a la vecina comarca Ribagorzana.

Para llegar hasta la pared, normalmente llegamos hasta el Lac Obago, para desde alli, abandonar el transitado GR-11 y  encaminarnos directos a la impresionante cara Norte del Gran Tuc de Colomers.
Cuando llevamos una hora de buena subida y el Tuc de Podo se nos parece cada vez más altivo y afilado, llegamos a un precioso lago que el camino comienza a bordear por su lado izquierdo. Es el momento de abandonar la senda y comenzar a subir hacia la izquierda.



Tras pocos pasos, tanto la brecha del Portau como la pared de la Innominata se nos presentan de manera imponente dominando un gran lago.  La emoción del buscador de rocas y aventuras al observar por vez primera tan grandiosa roca no hay que descartarla nunca como uno de los momentos más intensos de la escalada. La visión de la inmensa pared provocara una gran exaltación en el escalador, que al ver hacia donde le llevan sus pasos, al sentir cercano el momento de enfundarse los gatos, la cercania de todos sus deseos, seguramente sienta de pronto un fugaz ardor recorriendo sus brazos (las piernas ya vendrán calientes desde hace rato).


El primer intento que hize por escalar esta pared fue hace dos veranos. Acompañado por Abel, salimos del refugio con una meteo que distaba mucho de ser la adecuada para una escalada de este tipo. Con las nubes acechando desde primera hora, nuestro intento se convirtió en una veloz carrera. Las ganas de escalar la Innominata nos hicieron movernos rapido entre las piedras, a pesar de las pesadas mochilas que llevábamos a cuestas. Nuestros ojos solo querían y podían mirar al frente, no existían nubes negras y sabíamos que  solo el chaparron podría frenarnos. Testarudos hasta las ultimas consecuencias, no queriamos aceptar la inmininte tormenta, nuestro unico proposito era intentarlo.

Solo nos dejó tocar la pared un segundo y acabamos empapados de agua por fuera y regados de pacharan por dentro.





Dos años ha tenido que esperar esta montaña para verme dar mis primeros pasos sobre ella, al final en solitario. No pude esperar a Abel, pero como un melon que guardas en la mochila, con el fin de merendartelo al fin de la via (vale, esto ya no lo hace nadie), lo llevé conmigo escalando hasta el mismisimo punto de la cima. Y Abelillo, no estabamos equivocados, fue una de las mejores vias.




La pared se puede dividir a simple vista en dos grandes tramos muy bien diferenciados. Los primeros ciento-cincuenta metros, aquellos que durante el invierno quedan implacablemente sepultados por toneladas de nieve, constituyen una gran placa de granito MUY erosionado, un autentico regalo para los amantes de la escalada en placas de adherencia para todo aquel dispuesto a sufrirlo y apreciarlo, una  joya granitica del pirineo catalan.
La segunda seccion de la pared, nos importara tan poco despues de esta inmensa placa, que nos dara igual tener que navegar por el terreno que sea, pero estad atentos pues todavia nos aguardan tanto inquietantes como buenas sorpresas.




Fue en 1985 cuando Sergi y Josep se encaramaron por esta inmensa pared por vez primera, dibujando un recorrido que esquivaba la gran placa por la chimenea que la limita por la izquierda. Nació así la via del Pepito, que rinde homenaje a un pastor de ovejas de Boí, asiduo de Colomers y su refugio.
 Tuvo que esperar la pared hasta 2009 para ver un nuevo recorrido, cuando Dani Brugarolas, junto a Noemi, Edu y Lola, decide enfilarse por mitad de la placa, realizando una atrevida via a la que bautizaron Custodia compartida. Descubierto ya el inmenso potencial de la pared, es en el verano de 2010 cuando Dani traza su Gota Malaia siguiendo el genial sistema de diedros de la parte derecha de la placa en una apertura que le duró dos dias de escalada en solitario. Todavia quedan muchos caminos por descubrir, y otra vez el incansable Dani y otra vez en solitario se encarama de la manera más directa posible por la pared creando Tempus fugit, bellisima linea a la que todavia no se le conoce una repetición integral.



Salut colgaos!

4 de noviembre de 2013

Diedro Charaxes a la Agulha del Piti


Hasta ahora, nunca había escrito sobre alguna de las últimamente muy habituales escaladas en solitario que realizo por aquí y por allá, pues las considero algo muy personal y que no debo ni quiero compartir (al menos a través de este medio). Pero  puede que las aperturas vayan a ser (en el caso de que haya más) una excepción, seguramente debida a la especial ilusión que me hacen, y ahora ya hablo de esta vía en concreto.



Observando con ojos atentos las montañas, puedes imaginar todo lo que quieras, desde aviones que se estrellan hasta bandoleros escurridizos, maquis escondidos o dragones multicolor. Cuando el espacio que te rodea es amplio y espacioso, repleto de pequeños e infinitos detalles, cada mirada es diferente en cada momento y nuestra mente puede saltar libremente por los aires haciendo brotar todo tipo de ideas y proyectos que  explorar.



Las primeras veces que observaba el Gran Tuc de Cendrosa desde el refugio me preguntaba si alguna vez me cansaría de observarlo. Primero me atrajeron sus laderas y sus múltiples canales, después sus aristas y la larga cresta que desde su cima se desprende suavemente hasta el Ratera, y por ultimo, me hechizó una pequeña aguja que sobresalía y deslumbraba a cualquier hora del día en mitad de la susodicha y larga arista.

Ya hace mucho que la miro cada mañana, pero es por las tardes veraniegas cuando esta aguja deja descubrir a la luz de los últimos rayos del sol un inmenso diedro que parte su pared Oeste en dos. Sus dimensiones son un misterio desde el refugio, pero calculo tres tiradas de cuerda no excesivamente largas.




Cargué la mochila con un montón de trastos, todos los que tengo y algunos extra que Sergi me había dejado y con tremendo mochilón y mucha calma comienzo el camino hacia el Lac Obago. Una vez al pie de la aguja el diedro se adivina fantástico. No parece del todo vertical y esta fisurado de arriba a abajo, genial!



El primer largo es todo un regalo. Tras estrenarme con los clavos en la R0 encuentro un paso duro nada más dejar el suelo, después todo es puro disfrute. El gran diedro que tanto había admirado no me quiere defraudar y parece regalarme todo lo mejor que podía haber imaginado: buena roca, fisura y canto! La fisura se va estrechando y después se ensancha, algún paso alegra la escalada y cuando todavía voy bien de coco y de cuerda llego a una repisa ideal para montar una reunión.
Sobre las cosas que hice y me pasaron en esta reunión (cosas de aperturista novato) podría escribir un post entero, como no pienso hacerlo, solo dejaré dicho que por favor los posibles repetidores ( a primera vista se intuyen muy escasos) lean bien la reseña o hablen conmigo para saber la historia entera.



Tras dejar la unica R intermedia montada me enfrentaba al tramo indudablemente más emocionante de la via. Toda via que se precie de ser recordada tiene una parte en la que resoplas y bufas como un toro enfadado, es la parte en la que los musculos se tensan tanto que parece que se vayan a romper, exactamente la misma parte en la que la boca se te queda seca como una alpargata de verano, el tramo de roca del que normalmente a no ser que seas un ser extraño, siempre quieres salir pitando.



Tras exprimirme a fondo y recolocarme un poco pasado ya el agobio, llego al ultimo gran enigma de la via. El diedro que parte en dos la aguja acaba en un gran desplome que corta el camino. Podria intentar escaquearme hacia la derecha, por una roca que no se ve del todo dificil, o podria intentar seguir las fisuras que hacia la izquierda salvan algun resalte y se ocultan a mi vista, pero esta aguja aun me tiene guardados más sueños imaginados. Una fisura surca todo el desplome que domina el diedro, ofreciendo buenas posibilidades de aseguramiento y perdiendose en el brillo del cielo. Sin dudarlo pero con ciertos malabarismos, desenfundo el estribo y comienzo a volar de nuevo.



Lo que nunca me imaginé fue que subiria una fisura desplomada sin saber a donde me llevaba. La sucesion de fisuras que me llevo a la cima, primero colgado de los cacharros y despues empotrando las manos fue la guinda perfecta para una via que ya siempre estara en mi recuerdo, una via cuyo recorrido es un autentico regalo del cual he tenido el privilegio de ser el primero en saborearlo. Una via asequible para cualquiera en la que disfrutar del sabor más clasico de la escalada. Como la Mahou.




Agulha del Piti (Colomers, Val d´Aran): Diedro Charaxes 80m MD V+/A1. Juego de Camalots+aliens.
Segruamente esta via se pueda liberar con una dificultad no superior al septimo grado, bien protegido pero muy fisico y desplomado.

Salut colgaos!